Documentos 1811-1816

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Respetable y mi venerado generalísimo: Ayer tarde á tiempo en que debía dar la vela el bergantín Botón de Rosa y lancha cañonera Vengadora de Colombia al mando al teniente C. Miguel Machado recibo un oficio de Carabaño en que con la mayor urgencia me pide le enviase la persona de este oficial. Suponiendo mejor buena fe en las disposiciones de este jefe, dispuse la detención de los buques y la marcha del oficial, cuando habiendo regresado éste me impone de que su llamada fue para ser reconvenido en el tribunal de vigilancia por haber dicho que debían ponerse en receso todos los poderes, y adoptarse la ejecución de la ley marcial, y después de haberlo reprendido por estas expresiones, lo tomó García de Sena para encargarle que divulgase en Cumaná que el gobierno de Caracas se desvelaba por la seguridad del país y su sistema, cuando babía un tirano que trabajaba per la opresión común. A más de esta ocurrencia ha acontecido que habiéndome enviado Carabaño días pasados los isleños que Yd. destinó á uno de estos castillos, me pide después, con el pretexto de liquidar varias cuentas con el Estado, la libertad y paso á Caracas del más sospechoso de ellos. Entendido yo de que había habido alguna intriga ó empeño para este paso, se lo envié sin embargo; pero con la protesta de que vencido el término que se le señalase para la liquidación de cuentas, lo devolviese á su destino, y que de lo contrario lo reclamaría, en el concepto de que sólo Yd. Podía disponer su soltura. En contestación me dirige el descompuesto oficio que original acompaño con mi contestación copiada á su margen, para que en su vista se sirva mandar se me diga si esta comandancia es ó no subalterna de la de Caracas. Sea el nuevo destino que Vd. Ha dado á Carabaño, ó las incesantes intrigas de los funcionarios, y sus secuaces de Caracas, es lo cierto, que á este hombre lo han hecho manejarse de un modo que yo no esperaba, y á no ser así que todo lo habría soportado en obsequio á la tranquilidad y buena armonía. Últimamente, mi general, conviene sobremanera que García de Sena vaya al ejército y esté a las inmediatas órdenes de un jefe que zele de su conducta, y le haga trabajar como corresponde, pues este títere tiene gran parte en los desórdenes de Caracas, debiéndose hacer lo mismo con algunos otros de que ha escrito Vd. Al canónigo. Entretanto permanezcan estas circunstancias de Caracas yo estaré aislado en este puerto porque el desengaño me ha puesto ya en el caso de desconfiar de todas aquellas autoridades, y como ignoro el orden y circunstancias de las ocurrencias, deseo me diga el modo y términos en que deben ser regladas mis operaciones en este destino. Desea á Vd. La mejor salud y posible tranquilidad este obediente servidor. M. M. de las Casas.