Colombeia

7.—El que a imitación del capitán, haga otro sujeto una cosa, es menester que se sepa, o bien por una revelación o por una sospecha; lo primero no es admisible y lo segundo es pura malicia, pues el mismo motivo que tiene para inferir lo malo, tiene también para sospechar lo mejor… Nunca que se ha quejado al capitán un soldado con fundamento, ha dejado de darle la correspondiente satisfacción, corrigiendo al súbdito que se haya excedido en su autoridad. El hecho del soldado Gómez ahora llega a noticia del capitán, y es bien extraño que habiendo ocurrido hace seis meses no hubiese éste producido la queja hasta ahora… (pero no lo es, si me acuerdo que está justificado haber sobornado los testigos el po que tomó las declaraciones)… El otro, Montaña, es, según entiendo, lance ocurrido hace cuatro años en Cádiz, quien dice que habiéndole dado un golpe el sargento, fue de resultas al hospital, y que estando allí produjo la queja a su Coronel D. Francisco Lujan, que no le dio la satisfacción que él quería y por esta razón da ahora su queja… ¿Y qué culpa pues tiene el capitán de que D. Francisco Lujan no hubiese providenciado, como quería el soldado? Consta sin embargo, que el sargento estuvo por esta causa en arresto de orden del citado Coronel… Válgate Dios y cuántos desórdenes trae consigo el trastorno de las cosas y lidiar con tontos!... No es poco curiosa la patraña de las catorce sangrías