Colombeia

gún modo fundado como supone su Señoría. Es falso que el capitán mandase el ejercicio con la espada desnuda y lo es mucho más que el soldado citado estuviese gravemente enfermo de resultas de la herida que dice recibió en el oído. Es también infundado, porque siendo ya examinado el caso ante otro legítimo jefe, no tiene el nuevo, autoridad para reclamar ante sí hechos prescritos y ejecutoriados como el antecedente. La verdad es que estando el capitán mandando la enseñanza del ejercicio con la espada envainada y cometiendo este soldado repetidas faltas, le dio un ligero golpe con ella en el hombro, y ya fuese con la contera de la vaina, o con la punta que saliese un poco, le hizo un rasguño en la oreja, de cuyo suceso instruido el Coronel y encontrando que todo el hecho era una pura casualidad, le desestimó y sólo previno al capitán que tomase siempre una vara. El cargo de que toda la Compañía se queja del mal trato de obras y palabras que le da el capitán, es engaño de este señor (acaso le parecerá que oye el regimiento todo lo que dice de su Señoría) pues delante de oficiales y junta toda ella, han manifestado al contrario, están muy satisfechos de la equidad y buen trato del Capitán todos los demás soldados… Válgate Dios por equivocaciones; no quiero decir malicias!