al llamar á otro que estava ausente, sobre lo cual recombenido por el Capn. con la mejor moderación, contexto por dos veces del proprio modo, mesclando bastante insolencia y falta de respecto; á vista de lo qual le dixo el Capitán delante toda la tropa, que le pondría en el calabozo, y le castigaría exemplarmte. pa que todos escarmentasen Esto se reduxo á meterle en un quarto de la Casa que servia de Carsel en aquel Lugar (que dos dias después fue alojamiento para la Comitiva Rl., y cuerpo de guardia) y hacerle dar diez ó doze palos con mucha indulgencia, y solo con la idea de que los demás supiesen que se avia executado el castigo prometido, para que se contuviese todo desorden en aquellas criticas circunstancias al soldado Alejo Gómez en la misma Compañía sin permitirle hir al Hospital, y lo mismo ha sucedido al soldado Sebastian Montaña, quien se queja averie dado 14 sangrías de resultas de un golpe que le dio el Sargto. Antonio Gerbolés.
8.—El Rey no permite semejantes castigos en sus Rl. Ordenanzas sostenidas por los gefes
al llamar a otro que estaba ausente, sobre lo cual reconvenido por el capitán con la mejor moderación, contestó por dos veces del propio modo, mezclando bastante insolencia y falta de respeto, a vista de lo cual le dijo el capitán delante de toda la tropa, que le pondría en el calabozo y le castigaría ejemplarmente para que todos escarmentasen… Esto se redujo a meterle en un cuarto de la casa que servía de cárcel en aquél lugar (que dos días después, fue alojamiento para la comitiva real y cuerpo de guardia) y hacerle dar diez o doce palos con mucha indulgencia y sólo con la idea de que los demás supiesen que se había ejecutado el castigo prometido, para que se contuviese todo desorden en aquellas críticas circunstancias al soldado Alejo Gómez en la misma Compañía, sin permitirle ir al hospital y lo mismo ha sucedido al soldado Sebastián Montaña, quien se queja de haberle dado catorce sangrías de resultas de un golpe que le dio el sargento Antonio Gervolés.
8.—El Rey no permite semejantes castigos en sus Reales Ordenanzas, sostenidas por los jefes