Colombeia

y que tienen para este efecto; pero es tan falso que sin embargo de haver llevado recomendación para el Pe. Sacristán maior ni aun siquiera le mereci un simple cumplimiento. Rara canalla todos ellos!!!! Vi todo el Santuario, y Combto. La Sacristía, Camarin, y Librería me parecieron buenas Piezas, lo demás no tiene nada de particular. El tesoro es á la verdad uno de los maiores que yo he visto en su especie; pero ni aun este está guardado con limpieza, y aseo. El resto del Combto. Está tan abandonado, y cochino que el agua corre por los Edificios, arruinándolos á vista de todos, y nadie se mue­ve a remediarlo; los muchachos, y demás se cagan, y mean en los pasadizos, y piezas principales, y nadie lo limpia. El que llaman Hospital es una mala Cavalleriza por su poco Gobierno y porquería, finalmente los dhos. Frailes no cuidan mas que de su abundante (aunque Puerco) refectorio; nada mas. Un Medico que por fortuna encontré aquí (y lo es del Combento) llamado Dn. Franco. Forner hombre havil, me manifestó la librería del Combto., y demás, por que dhos. Monjes aun se desdeñan de acompañar al Forastero; El Bibliotecario era tan negado que, ni aun por el Pergamino los conocía; Qual serán los demás! La colección es bastante buena, y numerosa, bien que falta casi todo lo moderno: para sufrir la misma suerte mas bale que no bengan! Dentro del Combento tienen manufacturas de Paños, Calderos y demás útiles que necesitan; de modo quetodo el pueblo es dependiente de ellos en un todo, y hasta en soldar un caldero; sin embargo pues de todo lo dho. Posehen el secreto de hacerse aborrecer de todos los pue­blos circumbecinos qual será su conducta! El citado Medico me manifestó su Monetario bastante regular, y asimismo un manuscrito suio sobre las Antigüedades, é Historia de Merida, cosa mui buena al parecer. Al dia siguiente me puse en marcha para Talabera de la Reyna donde me aguardaba mi tropa. Ca de la Viuda Franca de Rodriguez. A Villar del Pedroso.—Andando tres leguas de mal camino se encuentra la Venta que llaman el Hospital del Obispo: Esta fue obra mui útil, y bien fundada para socorro de Peregrinos, y viandantes; pero en el dia está puesta en manos de un pobre Ventero, a quien dan los Frailes una Fanega de trigo al mes para que socorra los Pobres, y ellos se guardan las rentas.
y que tienen para este efecto; pero es tan falso, que a pesar de haber llevado recomendación para el padre sacristán mayor, ni aun siquiera le merecí un simple cumplimiento. Rara canalla todos ellos!!! Vi todo el santuario y convento. La sacristía, camarín y librería me parecieron buenas piezas, lo demás no tiene nada de particular. El tesoro, es, a la verdad, uno de los mayores que yo he visto en su especie, pero ni aun éste, está guardado con limpieza y aseo. El resto del convento está tan abandonado y cochino que el agua corre por los edificios, arruinándolos a vista de todos y nadie se mueve a remediarlo; los muchachos y demás se cagan y mean en los pasadizos y piezas principales y nadie lo limpia. El que llaman hospital, es una mala caballeriza por su poco gobierno y porquería; finalmente, los dichos frailes no cuidan más que de su abundante (aunque puerco) refectorio, nada más... "Quien quiera tener el hijo Duque, métale fraile en Guadalupe", dicen los del país. Un médico que por fortuna encontré aquí (y lo es del convento) llamado D. Francisco Forner, hombre hábil, me manifestó la librería del convento y demás, porque dichos monjes aun se desdeñan de acompañar al forastero. El bibliotecario era tan negado que ni aun por el pergamino los conocía. ¡Cómo serán los demás! La colección es bastante buena y numerosa, bien que falta casi todo lo moderno; para sufrir la misma suerte, más vale que no vengan! Dentro del convento tienen manufacturas de paños, calderos y demás útiles que necesitan, de modo que todo el pueblo es dependiente de ellos en un todo y hasta en soldar un caldero; sin embargo pues, de todo lo dicho, poseen el secreto de hacerse aborrecer de todos los pueblos circunvecinos. ¡Cómo será su conducta! El citado médico me manifestó su monetario, bastante regular, y asimismo, un manuscrito suyo sobre las antigüedades e historia de Mérida, cosa muy buena al parecer. Al día siguiente, me puse en marcha para Talayera de la Reina, donde me aguardaba mi tropa. El día primero de diciembre habiéndose restituido ya todos nuestros piquetes de Extremadura, continuamos nuestra marcha para Madrid como sigue. Casa de la viuda Francisca Rodríguez. A Villar del Pedroso (7 leguas). Andando tres leguas de mal camino, se encuentra la venta que llaman el Hospital del Obispo. Esta fue obra muy útil y bien fundada para socorro de peregrinos y viandantes, pero en el día está puesta en manos de un pobre ventero a quien dan los frailes una fanega de trigo al mes para que socorra los pobres y ellos se guardan las rentas.