Colombeia

Ni aun la misa, que está dotada allí, se dice, a pesar de subsistir aún el oratorio, vasos sagrados, etc. Todo el camino a una parte y otra está desierto, a pesar de estar cubierta la tierra de hermosos árboles y cristalinas fuentes que convidan a poblarla y tomar el fruto de sus producciones. Comí de la frutilla que llaman madroño, y por cierto que sentí los efectos de la embriaguez que yo no quería creer. A la falda de la montaña, hacia la derecha, bajando, se ve el lugar de Carrascalejo, distante legua y media de Villar del Pedroso y a un cuarto de legua antes de llegar a éste, está la granja de Burguilla que pertenece a los monjes de Guadalupe. Aquí llegué por la noche buscando señas del camino, por hallarse perdida la guía que traía, y tuvo la insolencia el pícaro de fraile que la gobierna, negarme el auxilio que le pedía, después de haberse informado por un postigo de la puerta de quién era. Cerrólo y diome con la puerta en la cara. Esto parece que lo tienen de costumbre, porque contando el lance a los vecinos del Pedroso, me contestaron que lo mismo tenían ellos a cada paso que sufrir a dichos religiosos insolentes. A Calera. A dos leguas del antecedente está el puente que llaman del Arzobispo, obra buena y bastante sólida. El lugar está allí mismo y se llama del nombre del puente (El Puente del Arzobispo), su vecindario llegará a quinientos vecinos; hay también alfares donde se hace loza igual en todo a la de Talavera. Tiene a su salida un pequeño convento de frailes, y un cuarto de legua más adelante, se encuentra el lugar de Alcolea de hasta unos trescientos vecinos. (Total de leguas recorridas 50).